Miguel Angel Barrio
Director General de Entelgy Digital. Ha sido Director de Business Intelligence y Analytics en Capgemini. Profesor del Curso Control de Gestión de Cemad.

El control de gestión es de vital importancia para traducir la estrategia en acción, ya que permite monitorizar el avance en el cumplimiento de los objetivos a través de métricas e indicadores.

Hoy en día el problema no es la falta de datos, como antaño, el problema es precisamente el contrario, la tecnología, movilidad, capacidad de interconexión y digitalización, hace que contemos con demasiados datos y es preciso focalizar la atención de la Dirección en un sistema de Reporting con los indicadores clave (KPIs) y métricas para poder realizar un control de gestión efectivo. Este foco viene dirigido a través de un plan estratégico definido para la Compañía, que llega hasta el nivel de objetivos, iniciativas, metas e indicadores, o bien a través de la definición de un conjunto de indicadores claves para el negocio.

En la actualidad, la automatización de la información permite tener reportes periódicos fiables, con visualizaciones dinámicas enfocadas en el interés de cada área, permitiendo el acceso a varios usuarios al mismo tiempo, “navegando” a través de diferentes dimensiones: sucursales, áreas geográficas, líneas de productos y otras categorías relevantes. Todo esto viene facilitado por los sistemas de Reporting, dentro del contexto del Business Intelligence (BI), que permiten generar información de calidad de forma rápida, precisa y fiable.

Pero, ¿cómo saber si tenemos todos los datos necesarios? Y si los tenemos, ¿cómo poder analizar en este volumen ingente de datos sin perdernos o utilizar información no relevante, o lo que puede ser peor, no fiable?

Gracias a estos sistemas de BI, el controller puede disponer de información automatizada, pero el problema hoy es cómo conseguir navegar en la ‘maraña’ de información de la que se dispone. El volumen de datos a los que podemos acceder en estos momentos crea entornos complejos en los que filtrar la información de valor se hace fundamental. Estos entornos se conforman en el conocido Big Data que aúna grandes volúmenes de información, la necesidad de procesarlos rápidamente para obtener información en tiempo real y la problemática de la heterogeneidad de esos mismos datos. Además esta capacidad también permite trabajar con modelos analíticos complejos, y facilitar la aplicación de analítica avanzada en la transformación de los datos.

La tecnología nos facilita poder tratar los datos y conseguir información, pero es fundamental saber qué buscamos, cuál es el objetivo final y, por tanto, qué indicadores y métricas necesitamos utilizar. La definición de los indicadores adecuados es la base sobre la que se sustenta el modelo de inteligencia de negocio.

La figura del business controller toma una mayor relevancia como analista de información, tanto financiera como operativa, y es precisamente en estos entornos complejos en los que su labor de análisis y filtrado es crucial. El business controller se convierte en el garante de los adecuados criterios de reporting a la Dirección que permitan medir y facilitar la toma de decisiones, tanto tácticas como estratégicas.

Es importante lograr reducir los tiempos destinados a las tareas enfocadas al procesamiento de los datos, y así conseguir más tiempo para su análisis, llegando al nivel de detalle necesario para responder a las preguntas del negocio. Como por ejemplo: ¿dónde es posible aumentar los ingresos? ¿En qué áreas es posible incrementar la eficiencia? ¿Se está optimizando la estructura de financiación?

En el momento actual, en el reporting a la Dirección, el business controller debe centrarse en la identificación de datos clave, que permitan generar información de valor, y establecer los indicadores y métricas precisos. También en implementar un modelo de gobierno del dato que identifique los propietarios de los datos y establezca las políticas asociadas al flujo de información en los distintos departamentos de la Compañía, que redundará en una operación eficiente en el área de control de gestión y que ayudará al controller en su labor de análisis del negocio. Y, por último, pero no menos importante, en soportar todo el proceso en soluciones tecnológicas de última generación que faciliten la operación.

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