Webinar: “Estrategias post Covid-19 para impulsar la actividad inmobiliaria en Alicante y la costa mediterránea”

El sector inmobiliario desempeña un papel esencial en la economía de todos los países porque actúa como una verdadera locomotora para impulsar la actividad y la creación de empleo. En la actual situación de la economía española, la más golpeada de la UE por la pandemia del Covid-19, sufriendo una triple crisis: sanitaria, económica y social, la aprobación de medidas de ayuda impulsaría su recuperación y con ella la de otros sectores, como el de la construcción y sus industrias auxiliares, tan directamente vinculados al inmobiliario.

Pero si para España la actividad inmobiliaria es de gran importancia, para Alicante es vital. Se estima que la contribución de las denominadas viviendas vacacionales al PIB de la provincia representa el 17% y, recientemente, el presidente de la Diputación lo cifraba en el 30% si se le añadía la actividad turística.

Nadie puede dudar que, en buena medida, la economía de Alicante pivota alrededor de la gran cantidad de residentes, nacionales y extranjeros (mayoritariamente ingleses, alemanes y franceses), que pasan largas temporadas allí, como lo ponen de manifiesto los datos del último censo de viviendas publicado por el INE, en el que el 42% de las viviendas tienen el carácter de “no principales”.

En un reciente informe sobre el mercado de la vivienda en Alicante, elaborado por el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante para la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Alicante (PROVIA), presentado el pasado mes de julio, se “concluye que el sector de la promoción inmobiliaria verá mejorar su nivel de demanda durante el segundo semestre de este año, gracias a la recuperación económica marcada por el FMI para los mercados europeos y la consideración de la vivienda como valor refugio en situaciones de crisis económica”.

El estudio “considera que el sector inmobiliario sigue teniendo una fuerte capacidad de atracción de nuevas inversiones”, pero fue elaborado antes de que se produjera el rebrote de la pandemia, adelantándose al otoño, que era la fecha prevista, y haciéndolo con una intensidad imposible de prever, especialmente en nuestro país. En el próximo número de la Revista Economistas se publicará un artículo firmado por el FORO DE ECONOMISTAS INMOBILIARIOS en el que señalamos como el sector inmobiliario en España ya se estaba desacelerando antes de la aparición del Covid-19, y que sufrió un desplome desconocido como consecuencia del largo y duro confinamiento decretado por el estado de alarma,

Acabamos de conocer las últimas previsiones para nuestra economía, descartando el Banco de España una “recuperación económica temprana”, rebajando sus previsiones de crecimiento del PIB para 2021 a una horquilla entre el 4,1 y el 7,3%, mientras que sitúa la contracción para 2020 entre el 10,5 y el 12,6%, y la tasa de paro no empezará a descender ligeramente hasta 2022, con un déficit público del 10,3%, que disparará la deuda pública por encima del 120% del PIB. Con estas cifras es imposible esperar una recuperación rápida de la vivienda, en volumen y en precios, en los próximos trimestres.

La inversión en inmuebles se considera normalmente un “valor refugio”, pero al ser ilíquidos por definición, en una situación tan excepcional como la que se vive en todo el mundo, que no sabemos cuánto va a durar, el alto grado de incertidumbre está llevando a los hogares y las empresas a primar el ahorro y la liquidez, por lo que desde el FORO DE ECONOMISTAS INMOBILIARIOS no tenemos ninguna duda de que muchos propietarios, grandes y pequeños, intentarán deshacer posiciones en inmuebles para reducir su endeudamiento y generar liquidez, a la espera de tiempos mejores o de aparición de oportunidades en el mercado que, más temprano que tarde, aflorarán.

Las previsiones sobre la evolución del sector varían: algunos actores estiman que la vivienda recuperará muy rápidamente los niveles previos a la crisis, mientras otros consideran que el deterioro continuará durante la mayor parte de 2021 para, a partir de entonces, iniciar una lenta y progresiva mejoría. Todo dependerá de la duración de las restricciones de movilidad existente, de las facilidades de acceso a la financiación y, por supuesto, de las posibles ayudas que se puedan destinar a la vivienda por todas las AAPP.

A lo largo de esta jornada debatiremos sobre todo ello y tendremos ocasión de escuchar sus propuestas.

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